El de Ulldecona paga los intereses de la cláusula de rescisión para que la operación sea un traspaso
Lo hace renunciando a parte de su ficha y con la ayuda de su representante
Ello ha sido posible tras unas negociaciones que se han acelerado y cerrado en las últimas 48 horas y gracias al esfuerzo hecho por el futbolista y su representante, Màgic Díaz, que han renunciado a parte de su salario y alguna comisión para que el centrocampista cumpliese su sueño de volver a ponerse la camiseta azulgrana.
El Girona quería cobrar por Oriol Romeu una cantidad cercana a los 4,5 millones de euros. La cifra correspondía a la cláusula de rescisión de un futbolista capital para sus intereses más un millón que es lo que le había costado el jugador al club en diferentes conceptos en su año en Montilivi.

Oriol Romeu, entrenando con el Barça
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El Barça, por su parte, cuando supo que la cláusula de rescisión de Oriol Romeu era de 3,4 millones de euros, decidió no moverse de esa cantidad, por lo que el Girona remitió a pagarla, con los correspondientes intereses, en Madrid en la sede de LaLiga, algo que no querían que pasase ni el de Ulldecona ni su repesentante.
La solución final, para que la operación se haya convertido en un traspaso, ha sido que el propio jugador añadiese a los 3,4 millones que pagaba el Barça la cantidad correspondiente a los intereses de la cláusula, elevándose la suma hasta cerca de los cuatro millones de euros.
Pablo Torre
Siendo un taspaso, el Barça ha logrado también que la cantidad se pague a plazos. La operación de Pablo Torre es totalmente independiente al traspaso de Oriol Romeu. Y en el Girona no ha sentado muy bien que el club azulgrana haya incluido en el contrato de cesión del cántabro la cláusula del miedo que no le permitirá enfrentarse al Barça.