El ilusionante proyecto de Rafa Benítez al frente del Celta tendrá este domingo su primer examen ante el EuroOsasuna en Balaídos, donde los celestes no comienzan LaLiga ganando desde hace nueve años con el argentino Eduardo Berizzo como técnico.
La llegada del prestigioso entrenador madrileño al banquillo vigués ha disparado la ilusión de una afición que todavía recuerda el sufrimiento del curso pasado, cuando tuvo que esperar al último suspiro de la última jornada ante el Barcelona para sellar su permanencia en la élite.
La apuesta por Benítez rompe con el pasado. Carlos Mouriño contrató a un entrenador con un palmarés envidiable y con un estilo de juego muy distinto a lo que venía demandando el dirigente celeste, un enamorado de la «escuela azulgrana».
Y desde la pretemporada ha quedado claro que Benítez va a construir su Celta desde la defensa. El equipo ha exhibido solidez y se ha mostrado como un bloque difícil de superar. Fiel a su 4-4-2, su equipo defiende con las líneas muy juntas y apuesta por explotar la velocidad de Bamba y Carles Pérez para castigar a sus rivales.
Con Gabri Veiga a un paso de ser traspasado al Nápoles, y a la espera de que lleguen el portero y el delantero que sigue demandando Benítez, el once del Celta no presenta demasiadas dudas, ya que el central sueco Carl Starfelt acaba de aterrizar en Vigo.
Por ello, todo apunta a que el técnico repetirá el equipo que formó de inicio ante el Wolfsburg, con el peruano Renato Tapia acompañando a Fran Beltrán en el doble pivote y Unai Núñez formando pareja con Aidoo en el centro del eje defensivo.
Mingueza y Manu Sánchez parecen fijos en los laterales, al igual que Carles Pérez y Jonathan Bamba en los extremos. Aspas, al que Benítez piensa dosificar, sigue siendo indiscutible, y Larsen tendrá de inicio una nueva oportunidad mientras no llega otro nueve.